en mi jardín entraba


también el miedo a equivocarme, pensé después de
fantasear con diferentes formas del eco

no algo en movimiento sino mediciones de la extenuación
en gestos bailados para cercar
los hilos del tapiz

también del decir, mira, una manzana 
querría masticar su pulpa y sostenerla en tu boca

pero ahora quiero sentarme a hilvanar todos estos colores
coser con las manos un canto
neutralizar el vértigo en el zumo de la carne.