sobre el desierto de los glaciares


la velocidad sostuvo en origen 
un punto 
que ahora arrastro con rabia
transformándolo en curvas,
dudas, convendría decir,
acerca del lugar tantas veces dibujado
tantas veces habitado y deshabitado
que lo he incorporado como una caricia
entregada a tus dedos,
lluvia que traspasa la espalda y alcanza el vientre
lugar sin espacio
donde la línea se vuelve temblorosa
sacude las manos y los músculos faciales
arrastrando de tu lengua flácida
algo parecido a un destino.