sustrato universal
invisiblemente bebe
por el bien de la casa
el ficus milenario
que trasplanté por el bien del perdón
pero en mi memoria
no hay principio
y por eso oso cortar sus raíces más gruesas
como se corta la historia
de las genealogías
para hacerlas caber en un cilindro
agujereado con los mitologemas
de nuestra civilización
eso, cemento caliente entre
las manos
frente a la mirada de las vecinas
que desconfiaron, siempre y sin tapujos,
desde sus balcones diminutos.